Se cree que fue Hera, la esposa de Zeus el dios de dioses, la que dio origen a la Vía Láctea, nuestra galaxia.
Zeus era muy aventurero y le gustaba mucho tener
diferentes mujeres, por lo que nunca le guardó fidelidad a su mujer. En
una de estas aventuras, Zeus se unió con Alcmena en ausencia de su
marido. El dios se hizo pasar por el ausente, y como la mujer le gustaba
mucho decidió estar con ella en una noche que durara mucho, por lo que
por orden de él, el sol no salió cuando tenía que haberlo hecho.
Después el esposo de Alcmena, Anfitrión, regresó y
se unió a ella. De ambas uniones Alcmena quedó embarazada. El hijo de
Zeus fue Heracles (Hercules en la tradición latina) y el hijo de
Anfitrión fue Ificles.
Heracles fue desde su concepción, el favorito de
Zeus a lo cual Hera respondió con ira y celos, pues no soportaba la idea
de que el hijo de otra mujer fuera tan querido para su divino esposo.
Así, la diosa decidió complicar el nacimineto de
Heracles quien se quedó 10 meses dentro del vientre de su madre. Y
además ella es la responsable de que el héroe tuviera que sufrir los
Doce Trabajos y cuando era un bebé de ocho meses, Hera le envió dos
terribles serpientes para asesinarlo, sin embrago el niño supo
defenderse sin problemas.
Ahora bien, existía la condición de que Heracles
sólo sería inmortal si mamaba de Hera y esto no iba a ocurrir con el
consentimineto de la diosa.
Sobre esta historia existen dos versiones.
Primero, se cree que Hermes, el mensajero de los dioses, llevó al niño a
donde Hera mientras ella dormía y lo puso en su seno para que mamara la
leche divina. Cuando Hera se despertó y descubrió a Heracles en su
pecho lo retiró brucamente y la leche siguió manando, se esparció por el
universo y formó la Vía Láctea.
La otra versión indica que Hera iba con Atenea
paseando por el campo cuando vieron al niño descansando en la hierba.
Atenea convenció a la diosa de que lo amamantara, pues era muy hermoso.
Hera accedió, pero pronto Heracles chupó la leche con tal violencia que
hirió a la diosa. Hera lo apartó de su seno vigorosamente y la leche
siguió fluyendo hasta que formó la Vía Láctea.